jueves, 22 de septiembre de 2016

Victoria Ocampo: Libro "La música en el grupo Sur" de Pablo Gianera

[Libro] “La música en el grupo Sur” de Pablo Gianera : Ecos de la periferia
El estudio de Pablo Gianera, publicado por Eterna Cadencia Editora, plantea un lúcido análisis acerca del lugar de la música en la revista “Sur” e ineludiblemente de su mentora Victoria Ocampo. Por Carlos Rossi Elgue

Victoria Ocampo

LA MÚSICA EN EL GRUPO SUR. UNA MODERNIDAD INCONCLUSA. Pablo Gianera. Eterna Cadencia Editora, 2011. 128 p.
Fechas como el Bicentenario nos invitan a revisar conceptos ligados a nuestra identidad nacional, a nuestra forma de ser y a nuestros gustos, volviendo la mirada sobre hechos del pasado que todavía nos interpelan incitando a nuevas interpretaciones. En este sentido, Pablo Gianera examina las páginas de Sur, publicación que fuera uno de los polos culturales más importantes de discusión en torno a lo nacional a comienzos del siglo XX en el ámbito de las letras, explorando, desde el presente, la producción escrita sobre temas musicales. Esta zona poco transitada y hasta periférica dentro de la revista se transforma en un objeto de análisis que bajo su mirada se agranda y enriquece. El rastreo de información por los márgenes nos invita, como en una reconstrucción policial, a una lectura en más de un sentido reveladora. Por eso, La música en el grupo Sur viene a reponer un espacio bastante relegado en la historia de la crítica musical y en el análisis sobre la producción cultural en general.
La revista Sur, cuya actividad se extiende desde 1931 a 1970, tuvo desde sus inicios como motor y sostén principal a Victoria Ocampo, por lo que la indagación sobre los cánones de apreciación musical dentro de la publicación giran en torno a su figura. El libro se organiza a partir de un orden cronológico, comenzando con el proceso de gestación de la revista y la manera en que allí se desarrollaron las ideas acerca de la modernidad. Sin abandonar el círculo de pertenencia de Ocampo, el autor distingue entre los colaboradores de la revista aquellos que realizaron sus propios recorridos dentro del análisis musical, como Leopoldo HurtadoJorge D`Urbano o el “misterioso” Daniel Devoto. Además, considera la relación con la música de algunos intelectuales ligados a Sur, como Jorge Luis Borges yEzequiel Martínez Estrada, y las opiniones de músicos como Igor Stravinsky.
Primera reunión de la revista Sur. De izquierda a derecha: Eduardo Bullrich, Jorge Luis Borges, Francisco Romero, Eduardo Mallea, Enrique Bullrich, Victoria Ocampo, Ramón Gómez de la Serna; sentados: Pedro Henríquez Ureña, Norah Borges, Oliverio Girondo, María Rosa Oliver, Carola Padilla, Ernest Ansermet y Guillermo de Torre. En la mesita de la derecha puede verse una fotografía de Ricardo Güiraldes.
El análisis de Gianera revela los parámetros musicales impulsados por Ocampo, ligados a su gusto personal por Wagner y su instrucción amateur, y la manera en que sus criterios se impusieron en la escena de la producción cultural. Con el transcurso del tiempo, en el interior de la revista surgirán nuevas perspectivas que provocarán tensiones y desplazamientos con respecto a esos parámetros iniciales. Gianera nos conduce, con rigurosidad, pero también con una prosa amena, por este recorrido de textos.
En el primer capítulo, “Modernidad y esnobismo”, se explicitan los principios de Ocampo ligados a su deseo de estar al día culturalmente, teniendo como faro a Europa. Este frenesí por un quimérico progreso tuvo una incidencia fundamental en la producción cultural y en las notas de Sur, dado que en ese momento vida social y gestión cultural se retroalimentaban, sobre todo a partir de la relación deOcampo con el director de orquesta suizo Ernest Ansermet, a quien conoció en 1917. Ansermetrepresentaba la posibilidad de alcanzar el ansiado proyecto de traer esa modernidad al ámbito musical y gestionar su transformación, el hombre capaz de trasladar las nuevas tendencias de moda en Europa y de promover el desempeño de músicos profesionales. Bajo la perspectiva eurocéntrica de Ocampo, el director suizo contribuiría a poner al día en materia musical a la Argentina, o mejor dicho a Buenos Aires. También por medio de Ansermet, la directora de Surestablecerá una entusiasta e incondicional amistad con Stravinsky, quien compondrá para ella Persephone (1). A partir de este momento, la modernidad se definirá, como consecuencia de las relaciones sociales de Ocampo y su círculo, en términos del neoclasicismo musical de Arthur Honegger o Igor Stravinsky, con un claro rechazo hacia la corriente proveniente de la Escuela de Viena, representada por Arnold Schönberg y Alban Berg.
Las preocupaciones sobre lo “nacional” que se producían en el ámbito de la cultura nacional, hacia comienzos del siglo XX, también avanzaron sobre el plano musical. Frente al cosmopolitismo y las posiciones europeizantes, en Sur resonó el problema de la “música nacional” tanto en artículos de AnsermetHurtado y  D´Urbanocomo de los compositores Alberto Ginastera o Juan Carlos Paz. Lamodernidad de Ocampo comenzaba a ser asediada por discursos urgentes que Gianera va develando, de manera clara, como huellas de una compleja trama: la tensión centro-periferia, la polémica sobre el carácter universal o local de las obras, lo clásico y lo novedoso fueron algunas de las cuestiones que surgieron como interrogantes frente a esa realidad.
El compositor Juan Carlos Paz tiene un lugar privilegiado dentro del libro. En el capítulo “La herencia de Bach” el autor lo califica como “el filo vanguardista del que Sur, como proyecto, carecía”. Paz se ubica en el lado opuesto a Ocampo, aún identificándose con Sur, en cuanto a la valoración de las corrientes estéticas que antes mencionamos. Él establece la relación de Bach con la escuela de Viena, al decir que fue el “primer compositor dodecafónico”, realzando la figura de Schönberg. Esto marca para Gianera la entrada de aires novedosos, en la última etapa de la revista, con la llegada deEnrique Pezzoni y la colaboración de Héctor A. Murena, en el marco intelectual de la escuela de Frankfurt (2).
Un bonus del libro, más que interesante, constituye el texto de Alban Berg incluido como Apéndice. Aquí Gianera en cierta forma repone aquello que había sido desplazado bajo la perspectiva de Ocampo, dándole la palabra a Berg. Lo que quedaba fuera del canon cuando se hablaba de modernidad en la Argentina encuentra su espacio, aunque como el autor aclara, a través de este texto y del subtítulo de su libro,Una modernidad inconclusa, desde su incompletud, y de manera inconclusa.
Gianera nos acerca con su libro a una problemática del siglo XX poco estudiada desde la perspectiva de la música considerando la función central de la revista Sur, y en particular de Victoria Ocampo, en el modo de considerar la modernidad, a partir de la relación con Europa, el centro, y el eco que se proyecta en Buenos Aires, la periferia. El libro dispara la reflexión hacia nuevos interrogantes sobre la producción cultural argentina, como la tensión entre los gustos de una elite y las manifestaciones populares, los modos de legitimación de determinadas categorías estéticas, la dependencia cultural o la posibilidad de apreciar lo nuevo más allá de los parámetros impuestos.
Carlos Rossi Elgue
Agosto 2011

Notas
(1) Persephone es una ópera-oratorio-ballet sobre libreto de André Gide, en la que Victoria Ocampo debutó como recitante, dirigida por el propio Stravinsky, el 15 de mayo de 1936 en el Teatro Colón.
(2) No es un dato menor, como bien señala Gianera, que Juan Carlos Paz cite en la bibliografía de Arnold Schöenberg o el fin de la era tonal, el libro de Adorno Philosophie der neuen Musik.

Tercera fotografía: Victoria Ocampo junto a Igor Stravinsky y su hijo Sulima, en los jardines de su casa en San Isidro.
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